El huevo o la gallina: la solución definitiva

¿Qué vino primero, el huevo o la gallina? Desde la perspectiva occidental anterior a la teoría de la evolución, este problema no tenía respuesta; después de todo, era imposible saber si Dios creó la primera gallina ya adulta, o dentro de un huevo. Luego se han ofrecido algunas respuestas «científicas», que incluso han tenido cabida en la prensa.

Sabemos por otro lado que la gracia del problema no es su respuesta, sino el proceso que lleva a elaborarla. Tanto así que desde tiempos inmemoriales los filósofos se han hecho esa pregunta, y han obtenido distintas respuestas y distintos enfoques dentro de su propia filosofía. Pero desde este sitio queremos ofrecer una respuesta ad-hoc al siglo XXI: respuestas rápidas y simplistas a preguntas difíciles. Por eso les presentamos la solución definitiva al dilema. Una solución tan definitiva que no es una sino dos. Así, al discutir con alguien, solo debe recurrir a su página favorita de la deep-web, y escoger la posición contraria a la de su rival. Después de todo, lo importante en la discusión es ganar.

Primero que nada hay que establecer que las claves para torcer la discusión son dos: 1) tenemos que hablar netamente de la especie gallina como entidad biológica, y como entidad biológica en evolución: nada de filosofía, nada de definir el Ser ni nada que se le parezca; y 2) hay que definir qué es una gallina y qué es un huevo: ahí reside la clave de la victoria argumental. Escogiendo convenientemente la definición podemos llegar directo a la conclusión.

Sin más preámbulo:

Solución: El huevo

Si nuestro contendor está afanado en que la gallina viene primero que el huevo, lo primero que debe hacer es recordarle: ¿cómo definimos una gallina? Definitivamente no podemos definirla como todo animal que pone un huevo, porque entonces un pato sería una gallina. Entonces de entre todas las aves, solo algunas son gallinas. Pero el término gallina acepta bastante flexibilidad. Una gallina negra o una blanca son ambas gallinas, pero si existiera una hermosa gallina color azul, con todo lo demás igual, seguiría siendo gallina. Debe existir entonces un punto, un umbral máximo de cambios que hagan que una gallina deje de serlo.

No-gallina

Veámoslo ahora en perspectiva evolutiva. Pretendamos ver, uno tras otro, puestos en fila, todos los antepasados de una gallina en particular. Después de unas cuantas miles de generaciones, encontraremos un ser que no es una gallina, y que, sin embargo, engendró una gallina. Una mutación genética le permitió a este último ser llamarse gallina. Pero, ¿dónde ocurrió esta mutación?

La respuesta es que ocurrió, ya sea en los gametos (espermatozoide u óvulo) de sus progenitores, o en sí mismo. Ya sea cual sea, esa mutación solo se expresó cuando se formó el pollo que terminaría siendo gallina. Y ese pollo era el mismísimo huevo. El primer huevo de gallina fue engendrado por un ser no-gallina.

Solución: La gallina

Si nuestro terco amigo se ha convencido de la que a nuestro parecer es la respuesta más sensata, e insiste en que la gallina viene primero que el huevo, debemos preguntar: ¿cómo se define un huevo de gallina? Como no es posible (( 😉 )) establecer un punto exacto de corte no arbitrario de entre los antepasados de la gallina, ya que cada uno simplemente es un porcentaje más o menos diferente que la gallina actual, lo importante de este ser gallináceo es que ponga huevos. ¿Y qué hace de un huevo que sea de gallina? Los huevos de gallina tienen ciertas propiedades que los hacen ser diferentes de huevos de otras especies, como los peces, como, a saber de las más importantes, que tienen una cáscara dura que les permite ser empollados, y sobrevivir por su cuenta en el medioambiente seco fuera del agua.

Huevo en gloria y majestad (huevedad) (modificado del original obtenido en Wikimedia Commons CC BY-SA 3.0)

¿De dónde viene, entonces, su huevitud (o huevedad, según otros autores ((Huevidumbre fue descartado definitivamente, y ovitud y ovedad fueron considerados siúticos)) ), su diferencia fundamental? La propuesta debe ser: de sus membranas. Las membranas exteriores del huevo, que luego se calcifican, son la clave de donde proviene toda su propiedad de ser huevo. Sin ellas tendría que permanecer dentro del organismo de su madre, como una suerte de rara avis vivípara, con todo el trauma que conlleva ver un parto de un pájaro. Extremadamente perturbador, y definitivamente no-gallinesco. ¿Y quién crea las membranas? La biología tiene la respuesta: Se crean durante su pasaje por los conductos reproductores de la gallina. El huevo adquiere su huevitud por obra de la gallina. Es ella la que le entrega su cualidad fundamental; y para ello, biológicamente debe tener un programa genético (decenas de genes distintos, incluso) que haga posible este depósito protéico y mineral que conformará la cáscara.

Incluso llevando el argumento al extremo: durante la evolución del huevo, este adquiere distintas configuraciones, y yendo hacia atrás en el tiempo, hay un momento en que deja de ser huevo (pierde su huevitud), siguiendo un argumento similar al anterior. El primer huevo, con huevitud propiamente tal, fue creado gracias a una mutación que ocurrió no en sí mismo: el huevo no es capaz de intencionar la generación de su propia cáscara, si no que es sujeto pasivo en ese proceso. La mutación ocurrió en la génesis de la primera gallina, nacida de un no-huevo. Quedando así resuelto el dilema filosófico.

Conclusiones

Sea cual sea la que elijan, esperamos haberles entregado herramientas suficientes para ganar la siguiente discusión ornitofilosófica en que participen. ¡Hasta pronto!